La cantautora Mar Solís, a quien conocemos simplemente como Mar, comenzó su carrera hace tres años y hoy es una figura conocida en toda América Latina. ¿Cómo logró hacerse tan conocida y reconocida?
El caso de Mar no es una simple casualidad, ni se basa únicamente en el legado de su padre, Marco Antonio Solís. Su éxito es un claro ejemplo de una estrategia que muchos artistas mexicanos deberían considerar:
La importancia de las giras por Centro y Sudamérica para lograr un mayor reconocimiento y consolidar su base de fans.
Desde sus inicios, Mar entendió el valor de la conexión directa con el público. Claro que el lanzamiento de sencillos en plataformas digitales ha sido fundamental, pero sabe que la experiencia en vivo crea un vínculo inigualable. Pero, además, Mar ha sabido aprovechar una estrategia inteligente que pocos novatos pueden conseguir: acompañar a figuras consagradas.
Ella no solo se lanzó en solitario; forjó su camino en el escenario de la mano de artistas de renombre. Su primera gran incursión fue como acto de apertura de Gloria Trevi. Esta oportunidad le permitió presentarse ante miles de personas que, de otro modo, quizás no la habrían conocido. Luego, continuó consolidando su presencia al unirse a la gira de su padre, lo que la expuso a audiencias masivas con una buena predisposición.
Claro está, no todos los artistas emergentes tienen acceso a ese tipo de plataformas. Sin embargo, salir de gira no necesariamente implica abrir los conciertos de grandes estrellas. Existen múltiples formas de recorrer el continente: desde giras promocionales en medios de comunicación, hasta presentaciones en foros independientes, festivales o espacios culturales locales. Lo importante es estar presente, conectar y crecer de manera auténtica, paso a paso.
Estas experiencias por países como Costa Rica, Colombia, Perú, Chile o Argentina no sólo expusieron a Mar a nuevos mercados, sino que también le permitieron:
- Crear un vínculo personal: Nada como el contacto cara a cara para generar lealtad. En un concierto, los fans sienten la energía del artista, ven su autenticidad y se sienten parte de algo más grande. Mar ha sabido capitalizar esto, interactuando con su público y dejando una impresión duradera.
- Adaptarse a diversas culturas musicales: Latinoamérica es un mosaico de ritmos y gustos. Al girar, los artistas se empapan de estas particularidades, lo que puede enriquecer su propia propuesta musical. Mar, con su versatilidad y apertura a distintos géneros, es un claro ejemplo de cómo la adaptabilidad suma.
- Generar «boca a boca» orgánico: Un concierto exitoso en una ciudad genera conversaciones, publicaciones en redes sociales y un interés genuino que trasciende las campañas de marketing tradicionales. El entusiasmo del público local se convierte en la mejor publicidad.
- Fortalecer la presencia en medios locales: Las giras abren puertas a entrevistas en radio, televisión y prensa escrita de cada país, amplificando exponencialmente el alcance del artista. Esto complementa la difusión digital y otorga una legitimidad que solo la presencia física puede brindar.
- Desarrollar una carrera a largo plazo: El reconocimiento en Latinoamérica no es solo cuestión de «hits» virales; es la construcción de una carrera sólida que puede sostenerse en el tiempo. La constante interacción y el compromiso con estas audiencias aseguran que la música del artista no sea una moda pasajera, sino una propuesta que perdura.
Mar ha demostrado que, aunque el talento y las plataformas digitales son cruciales, la estrategia de salir a recorrer el continente es una pieza clave en el rompecabezas del éxito y el reconocimiento a nivel latinoamericano. Para muchos artistas mexicanos, replicar este modelo no solo significa expandir su audiencia, sino también solidificar su marca personal y asegurar un lugar relevante en la escena musical global.
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