En Centroamérica, donde los corridos y las rancheras han sonado por generaciones, un nuevo ritmo está tomando fuerza: la música urbana. Lo que históricamente se consideró un mercado natural para el regional mexicano, hoy parece estar cediendo terreno ante el imparable avance del reguetón, el dembow y otros géneros urbanos.
Basta con ver el top 10 de monitorLATINO en Centroamérica para darnos cuenta de que los artistas mexicanos están perdiendo un mercado importante.

Este cambio en las preferencias musicales de Centroamérica no es un fenómeno aislado, sino que responde al auge global y la creciente influencia de la música urbana. Géneros como el reguetón y el dembow, con sus ritmos contagiosos, letras que a menudo abordan temas de la vida moderna y una estética visual atractiva para las nuevas generaciones, han logrado conectar de manera masiva con audiencias jóvenes en todo el continente. Esta popularidad se ha visto impulsada por la facilidad de acceso a través de plataformas digitales, la viralización en redes sociales y las colaboraciones estratégicas entre artistas de diferentes nacionalidades, creando un caldo de cultivo ideal para la expansión de la música urbana en territorios tradicionalmente dominados por otros géneros.
Sin embargo, atribuir por completo esta transformación al mero ascenso de la música urbana sería simplificar una dinámica más compleja. Si bien la popularidad global del reguetón y otros géneros es innegable, también es importante considerar si los artistas del regional mexicano han logrado mantener una conexión directa y cercana con el público centroamericano. A pesar de que históricamente este público ha demostrado un gran entusiasmo y afinidad por sus propuestas musicales, quizás una falta de presencia constante, de adaptación a los nuevos canales de comunicación o de propuestas frescas y relevantes para las nuevas generaciones ha abierto una brecha que la música urbana ha sabido aprovechar. Es decir, el terreno no solo fue ‘conquistado’ por un agente externo, sino que posiblemente también se ‘descuidó’ desde adentro.
En este contexto, resulta esencial que los artistas del regional mexicano refuercen su presencia en Centroamérica a través de visitas regulares, ya sean giras promocionales o conciertos. La región centroamericana vive un auge en la organización de eventos musicales, contando con la infraestructura necesaria y un público ávido por disfrutar de espectáculos en vivo. Ignorar esta realidad y no priorizar estas presentaciones podría significar una profundización en la pérdida de terreno frente a la música urbana, cuyos artistas sí están aprovechando activamente estas oportunidades para conectar directamente con sus fans centroamericanos.
La creciente popularidad de la música urbana en Centroamérica representa un desafío significativo para el regional mexicano, un género con profundas raíces históricas en la región. Si bien el auge global del reguetón ha jugado un papel importante el cambio de preferencias, existe la necesidad de que los artistas del regional mexicano reconecten de manera activa con su público centroamericano. La presencia constante a través de giras y conciertos, la adaptación a las nuevas dinámicas del mercado musical y la creación de propuestas que resuenen con las nuevas generaciones son pasos cruciales para evitar una mayor pérdida de terreno. El entusiasmo del público centroamericano por la música en vivo y la infraestructura existente ofrecen una oportunidad valiosa que no puede ser desaprovechada. El futuro del regional mexicano en Centroamérica dependerá de su capacidad para adaptarse, innovar y, sobre todo, volver a hacer sentir esa conexión genuina con una audiencia que históricamente los ha recibido con los brazos abiertos.
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