Pedro Viñuela es un destacado ingeniero de sonido y productor musical con más de 20 años de experiencia, y en algún momento compartió su sentir acerca de cómo ha cambiado las emociones que provoca la música cuando se escuchaba en disco y la etapa moderna donde la escuchamos digitalmente.
Las cosas han cambiado muchísimo desde que empecé a comprar música. Esto ocurrió hacia finales de los 80s y principios de los 90s. Recuerdo estar leyendo una revista (si, no existía un uso tal cual hoy de internet) y leer que “tal o cual” grupo sacaban el mes próximo nuevo LP. Cuando el grupo me gustaba, sentía algo increíble, un cierto nerviosismo interno, algo que además rozaba la alegría. Todo el día pendiente de la radio por si emitían el single, estaba deseando que llegara el momento del lanzamiento para ir a mi tienda habitual a comprar el disco y cuando ese momento llegaba, me sentía el tío más afortunado del mundo: Salir de allí con esas grandes bolsas con mi nuevo vinilo aun con su plástico era “lo más”.
Recuerdo que los nervios no empezaban a calmarse hasta llegar a casa, poner el disco en el plato y sentarme con la carpeta en las manos ojeando quien y como había grabado esa obra. Escuchando cada detalle, cada sonido, cada articulación… Si, Era (y es) uno de mis momentos preferidos.
Sin pretender aburrir al personal, hoy veo que la situación ha cambiado notablemente. Ayer mismo, impartía unas clases sobre cómo se crean los CDs. Al ver un pequeño documental donde además se veía como se editaban las cintas de los magnetófonos, me di cuenta de que la gran mayoría ya no se para a escuchar la música. Cuando uno edita una cinta (y me refiero con la cuchilla y la cinta adhesiva), es totalmente necesario que la persona haya adquirido ciertas habilidades en la escucha. Habilidades que yo adquirí a través de lo más simple: Escuchar discos en casa sin más que hacer.
Por otro lado, vi una cierta expresión de falta de interés en los formatos anteriores al MP3. Un cierto “desprecio” por la gran mayoría (y no solo en esa clase). Sin embargo, creo que es necesario salir del círculo vicioso de la escucha “forzada para pasar el rato mientras viajamos o hacemos algo” y descubrir un mundo lleno de sentimientos y emociones, porque al fin y al cabo, la música va de eso.
La mayoría de la gente acostumbrada a nuestro vertiginoso y digital mundo de hoy, no se para ni a escuchar un disco, (ni a mirar un paisaje). ¿Cómo puedes decir que te gusta o no un disco sin que nunca le hayas dado la más mínima oportunidad? ¿Cómo los profesionales, vamos a adquirir el bagaje crítico necesario en la escucha para hacer nuestro trabajo, si no nos sentamos relajados a oír un buen disco?
Ya no quisiera hablar de calidades o ponerme técnico con estas cosas que me dan de comer, pero la falta de criterio a la hora de consumir determinados formatos (léase MP3) y algunos dudosos artistas que triunfan sin escribir ni una sola nota musical, quizá tenga que ver con la escasa capacidad de apreciar un poco lo que oímos, bien sea por falta de interés real o quizá por falta de costumbre.
Por Nayeli Rivera
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