¿Puede el regional mexicano convertirse en un género global?

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El género regional mexicano ha tenido este año tres logros sin precedentes. Primero Fuerza Regida y Grupo Frontera se colocaron en el segundo lugar del Top 100 de la radio a nivel mundial con “Bebe dame” y como #9 global en YouTube.

Luego, Peso Pluma logró colocar su colaboración con Eslabón Armado, “Ella baila sola”, como #1 global de Spotify.

Y un día después, Bad Bunny y Grupo Frontera debutaron en el #4 de la lista Global de Spotify, y a dos días del estreno de “x100” ya alcanzaron el primer sitio en la plataforma de streaming. En YouTube son #4 en tendencias también a nivel mundial.

Ahora, la pregunta que todos se hacen es si estos logros podrán continuarse y si es posible que la música mexicana se convierta en el próximo género a nivel global.

La trayectoria reciente del regional mexicano

Por años y años, el regional mexicano fue un género muy rígido en el que no había espacio para la innovación, las fusiones ni las temáticas. Era música de campo que se transmitía de generación en generación.

A partir de los años ochenta y noventa vimos surgir una gran cantidad de subgéneros, artistas y fusiones con otros estilos de música.

Los gruperos, como Bronco, Los Temerarios, Los Bukis y Los Baby’s, influidos por el rock, introdujeron instrumentos electrónicos que le dieron a su música un toque más moderno.

La banda se convirtió en un género musical importante. La Arrolladora Banda El Limón, Banda El Recodo y Banda Los Recoditos, por ejemplo, hicieron escuela en todo México.

Por su parte, Pepe Aguilar y Alejandro Fernández modernizaron el mariachi al agregar elementos de pop y rock en sus canciones.

La música norteña también se hizo popular en todo el país. Los Tigres del Norte y Los Tucanes de Tijuana son algunos de los artistas más destacados de la época.

Y no olvidemos las fusiones con el pop de Selena y con la cumbia de Celso Piña.

Todos estos artistas y muchos más le dieron al género una frescura que conectó con nuevas audiencias, derribando barreras de clase y comenzando una expansión por Centro y Sudamérica.

Los corridos tumbados

Sin embargo, el subgénero que ha venido a cambiar todo para el regional mexicano son los corridos tumbados.

Estos son una mezcla de corridos tradicionales mexicanos con música urbana, como el hip-hop, el trap y el reggaetón.

Las letras generalmente cuentan historias de la vida en la calle, incluyendo temas como la violencia, el amor, las drogas y el dinero. Estas canciones a menudo se enfocan en las experiencias de los jóvenes en México y los Estados Unidos, y presentan historias de narcotraficantes y pandillas.

La música tiene un ritmo lento y pegajoso, y a menudo presenta una melodía melancólica. Los instrumentos varían, pero añaden a los tradicionales otros como guitarras, teclados y sintetizadores.

Los exponentes de los corridos son muy jóvenes, y han vivido en carne propia o de cerca las historias que interpretan, al igual que sucede con la música urbana.

Esta combinación única ha atraído a una audiencia más amplia que incluye a jóvenes latinos y no latinos por igual.

La popularidad de este subgénero y el éxito de artistas como Peso Pluma, Grupo Frontera, Fuerza Regida, Junior H, Santa Fe Klan y Natanael Cano demuestran que la música regional mexicana está evolucionando y ganando seguidores en todo el mundo. Con la fusión de diferentes géneros y la creatividad de los artistas emergentes, es probable que siga expandiéndose en el futuro cercano.

Pero ya sea en forma de corridos tumbados o como género en general, si el regional mexicano crecerá de la manera que lo ha hecho la música urbana depende de varios factores: la consolidación de una escena, apoyo de las disqueras y la radio, la dedicación y el trabajo duro de los músicos (hay que ver cómo trabajan los artistas urbanos, que lanzan sencillos a veces cada semana). Otro punto importante es empezar a hacer colaboraciones con artistas exitosos de otros géneros, como es el caso de Grupo Frontera y Bad Bunny, pues pueden beneficiar a las dos partes.

Esperemos que no se pierda el impulso.

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