Con el lanzamiento de su nuevo sencillo “VIPER”, Sara Angel da un paso firme en la consolidación de su identidad musical. La joven cantautora mexicana —hija de Gustavo Angel, integrante de Los Temerarios, y Priscila Camacho, vocalista de Priscila y sus Balas de Plata— abre una nueva etapa donde la fusión de estilos, idiomas y emociones define su sello artístico.
El tema, compuesto por la propia artista, mezcla el inglés y el español sobre una base pop moderna con guiños de R&B y reguetón. “Viper es una canción que se siente bien. No se trata de lo difícil que sea cantarla, sino de cómo vibra, de lo que transmite”, contó Sara en entrevista con monitorLATINO.
Grabada tras un campamento creativo junto a varios compositores amigos, la canción nació de una conversación casual sobre las segundas oportunidades en el amor. “Todos habíamos regresado con alguien y nos preguntábamos por qué, si sabíamos que no era lo mejor. De ahí salió la historia de la canción”, relató entre risas.
De la herencia musical al sonido propio
Aunque creció rodeada de talento, Sara ha construido su carrera desde la autenticidad. Haber visto de cerca el trabajo de sus padres le permitió comprender el esfuerzo que hay detrás del escenario. “De niña pude ver todo lo que no se ve: los ensayos, las horas de preparación, el esfuerzo que hay antes de cada concierto. Eso me marcó mucho”, recordó.
Nacida en México y criada en Texas desde los cinco años, la artista reconoce que su identidad bicultural ha sido clave para su sonido. “Siempre he sentido que una parte de México se quedó conmigo, aunque viviera en Estados Unidos. Mis amigos eran casi todos mexicanos, así que nunca perdí ese vínculo.”
Su camino hacia la música comenzó temprano: escribió su primera canción a los ocho años inspirada por un amor infantil. Desde entonces, componer se volvió parte esencial de su vida. “Es una forma de terapia. A veces escribo llorando, pero me siento mejor después. Es como contarle algo a un amigo y liberar lo que traes dentro”, confesó.
Influencias y evolución
Entre sus influencias destaca Olivia Rodrigo, de quien dice haber aprendido la importancia de ser honesta en las letras. También menciona al country como un género que la inspiró a ser más vulnerable: “Me encanta cómo las canciones country cuentan una historia. Eso intento hacer yo, que la gente termine de escuchar una canción y sienta que vio una película”.
En ese sentido, “Viper” representa un punto de madurez artística. “Cuando la terminé, sentí que había encontrado mi sonido”, explicó. “Fue la primera vez que dije: esto soy yo. Fue una emoción muy grande, sentí que estaba en el camino correcto.”
El legado y la independencia
En la charla con monitorLATINO, Sara recordó también la experiencia de reinterpretar “Creo que voy a llorar”, tema escrito por su padre, Gustavo Angel. “Fue muy especial grabarla con él dirigiéndome en el estudio. Era raro porque era mi papá y mi productor al mismo tiempo, pero también fue un honor enorme cantar una canción que él compuso.”
Sobre la influencia de sus padres, la artista fue clara: “Ellos siempre me han apoyado para que haga lo que sienta. Nunca me han impuesto un estilo ni una dirección; solo me dicen que lo haga con amor y que dé todo lo que tengo.”
Una artista en crecimiento
Hoy, Sara Angel se perfila como una de las voces jóvenes más interesantes de la nueva generación pop latina. Además de preparar el video oficial de “Viper” —filmado en Nashville, Tennessee—, adelantó que su próximo lanzamiento será una colaboración muy especial con su madre, una canción dedicada a la Virgen.
Sobre el futuro, se muestra entusiasmada y curiosa: “Voy a probar cosas nuevas, experimentar, seguir componiendo para otros artistas y hacer música que me haga feliz. Siempre termino yendo por lo que me gusta a mí.”
Con “Viper”, Sara Angel reafirma que su autenticidad es su mejor carta de presentación: una artista que no teme mostrarse vulnerable, honesta y fiel a su propio ritmo.
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