Camilo Lara: “La música mexicana vive el mejor momento de su historia”

Camilo Lara es una persona especial. Su enorme capacidad para jugar con la música, una curiosidad permanente que lo ha llevado a conocer a fondo la música mexicana –tanto tradicional como de vanguardia–, un trato que le permite relacionarse y desenvolverse en diferentes medios y su pasión absoluta por los sonidos lo han convertido en un productor único en su tipo.

Fue ejecutivo de EMI Music y ahí fundó su proyecto como músico, el Instituto Mexicano del Sonido (IMS). Por esas fechas comenzó a producir a otros artistas como Los Ángeles Azules, y es el responsable de haberles dado un impulso que revivió su carrera y se ha prolongado hasta el día de hoy. Ha trabajado con Lila Downs, con Plastilina Mosh, con Natanael Cano y Santa Fe Klan, con María León y otros músicos mexicanos. Además ha producido a artistas norteamericanos como Norah Jones, Beck o Band of Horses. 

Su amistad con Alfonso Cuarón lo llevó a incursionar en la música para cine con la película “Y Tu Mamá También”. De ahí se ha seguido una carrera que incluye las bandas sonoras de “Coco”, “Black Panther: Wakanda Forever” y “Thor: Love and Thunder”. Y ahora hace también música para televisión, lo que le valió un Emmy el año pasado. Ha estado nominado para el Grammy y el Grammy Latino en diferentes ocasiones. Y como si eso fuera poco, constantemente gira por todo el mundo llevando la música mexicana mezclada con la electrónica.

Un currículum largo, por esa razón lo nombramos Productor de la Semana y nos acercamos a él para platicar de todo esto.

Eres productor, pero también músico.

Sí, soy músico como rebote de querer hacer cosas en la música. Siempre estuve debatiéndome, pero hace unos años decidí que también soy músico.

Como productor has desarrollado artistas, has trabajado con muchos otros y has hecho proyectos muy innovadores. ¿Me puedes hablar un poco de eso?

Me ha tocado trabajar con artistas de distintos palos, tradicionales, modernos, electrónicos, desde Los Ángeles Azules o Lila Downs hasta hacer cosas más locas. Ahora estoy trabajando con Manu Chao. Pero siento que todo lo que he hecho ha tenido más que ver con un eje que va alrededor de la música mexicana, de mi comunidad, de la música que entiendo y que me gusta.

Llama mucho la atención el caso de Los Ángeles Azules, porque tú fuiste quien les dio este impulso que ya lleva unos 20 años y no para.

Sí, me tocó tomarlos en un momento muy pequeño. Ellos ya no eran lo que habían sido y le estaban hablando a un público muy alternativo, que tenía más que ver con los rockeros que con los cumbieros. Y a ellos les gustó la idea de hacer un disco que tuviera un pie en el rock y eso fue evolucionando hasta que tuvieron un pie en el pop y luego metieron los dos pies y se volvieron los jefes absolutos. Yo creo que son el gran grupo mexicano y es muy emocionante. Yo siempre creí que la cumbia debía tener un lugar más relevante en la cultura popular mexicana…

Es que lo tiene, ¿no?

Bueno, ahora es muy fácil decirlo, pero en ese momento la cumbia era de parias. Ver el ascenso de la cumbia, que la gente se sintiera orgullosa de que existiera, que la clase media la apoyara y que fuera transclasista la cosa, fue muy bonito. La primera vez que tocaron en el Vive Latino no sabíamos si los iban a abuchear o iban a encantarle al público y sí, conectaron.

Me llama la atención que digas que tu eje es la música mexicana, porque la abrazaste en un momento en que no estaba muy bien vista, y la llevaste a otro nivel.

Siempre me gustó la música mexicana al mismo nivel que me gustaban la anglosajona, el hip-hop y el surf. Me gustaba mucho la cumbia, el cha cha chá y el mambo y mucho de lo que empecé a samplear eran discos de eso, entonces la música que hacía acababa sonando más a Pérez Prado que a otras cosas. Durante muchos años eso que sampleaba me marcó y ahí encontré cosas que me gustaban más y me parecía que tenían una voz propia, más que tratar de hacer música electrónica genérica que pudiera sonar en Berlín. Siento que la música mexicana me ayudó a encontrar mi voz propia. Y luego ya fui explorando más. Siempre estaba obsesionado con la cumbia, con el son jarocho, con Esquivel!…mis obsesiones siempre han sido con música que tiene denominación de origen, que pasaron en un lugar muy particular porque tomaban esa agua, porque vivían ahí, porque tenían esas características culturales. Y me parece que la música en general hoy en día es lo único que tiene denominación de origen.

Has trabajado en cine, ¿cómo entraste a ese medio?

Es lo que más hago ahora. Mi primera chamba en el cine fue “Y Tu Mamá También”, en el 2001. Estaba ayudándole a Alfonso Cuarón a hacer la música y luego hicimos un sello. Muchos años después me invitaron a trabajar en “Coco” y me gustó muchísimo. A partir de entonces empecé a trabajar en música de películas y hoy es lo que hago número uno, número dos es producir y número tres es el IMS. Me gusta mucho, me divierte y me saca de la presión de estar haciendo música y sacando videos.

Cuéntame cómo terminaste siendo personaje de “Coco”.

El director empezó a escribir el guión de la película oyendo mi música porque era mi fan. Me llamó muy temprano en el proyecto para hacer “algo”. Empecé como asesor, luego comencé a hacer música y después terminé grabando toda la música incidental. Pero en principio fue ayudarle a entender qué pasaba en México musicalmente. El proceso duró 5 o 6 años y en un screening apareció mi personaje. Estuve años sin poder decirle a la gente que iba a salir en la película. Mi mamá entendió que era músico en ese momento, lo que me dio mucho orgullo.

Otro de tus proyectos fue la fundación de Casete junto a Lynn Fainchtein, una compañía que se dedicaba a hacer música para cine, ¿cierto?

Era un momento en que había pocas agregadoras digitales y era un puente entre artistas locales y las plataformas de distribución de música como Spotify. Empezamos a hacer eso cuando no era algo muy masivo y no había tantas opciones. Y como Lynn era una increíble supervisora musical, ella ofrecía el catálogo de Casete para películas.

También has trabajado en videojuegos. Por ejemplo, hiciste una estación de música en español para “Grand Theft Auto: San Andreas”. ¿Ese trabajo te gusta?

Sí, es muy similar a hacer música para cine, pero con más presupuesto.

Otro medio en el que intervienes es la televisión. El año pasado ganaste un Emmy por una serie para Apple + que se llama “Home”.

Sí, y he trabajado para un chorro de series.

Ahora hablemos de tu faceta como músico. ¿Haces tours o simplemente viajas cuando te contratan?

Antes de la pandemia me echaba tours larguísimos, pero después el panorama cambió mucho, me dediqué a estar en el estudio. Ahora vuelve la idea de hacer gira y ahora empiezo en el Vive Latino, estaré en el “Pal’ Norte”, voy a Nueva York, Los Angeles, San Francisco y luego me voy a España. No lo había hecho en 2 o 3 años y, bueno, me da flojera porque ya soy un señor, pero va a estar bien.

¿Y cómo ves la música mexicana hoy?

 Increíble. Me parece que es el mejor momento que ha habido en la historia. Tenemos muchas estrellas a nivel mundial, hay mucha diversidad de géneros, hay gente joven que la está reinventando. Se podrá discutir muchísimo si algunos géneros tienen raíces culturales ajenas o glorifican cosas que no deberían, pero creo que es un momento en que hay una enorme cantidad de artistas jóvenes, cosa que no pasaba desde los años 40. 

Me llama mucho la atención este fenómeno, porque por años nadie se atrevía a tocar la tradición.

Creo que mi generación sí tuvo esa intención, pero la siguiente no, porque trataban de tener un sonido más global. Pero la generación de gente que tiene 22, 23 años, no tiene ningún prejuicio, crecieron con corridos y eso les interesa, pero también crecieron con tenis Nike y usan tenis Nike. Y no solo está pasando en los corridos tumbados, sino en la música contemporánea, en la música folclórica…no creo que sea una tendencia, sino algo que está pasando en nuestra cultura, algo muy profundo, y eso es súper emocionante.